Gustavo Cavicchia
Extravió.
No encuentro las palabras...
así en el silencio;
como una música que trae el viento
de un verde trigal mareado.
El poema se hace también de lo que no se dice;
boca enmudecida,
arpa que en su tartamudez desnuda el cuerpo,
piedra callada
con un talán talán metálico
de una campana sorda.
Dios se tatuó las espaldas,
yo con iguales dedos acaricio la espalda de mi mujer dormida.
El poema se hace de tierra,
de agua, de peces,
de barro
que es el pan sutil de la nostalgia.
Y en todo; torva palabra que no encuentro
en la oscura madrugada buscada
o hasta que el silencio trague otro nuevo poema.