Si yo pudiera atrapar
agua que por el río viaja,
la quisiera confinar
en una roja tinaja;
si yo pudiera aplacar
el viento que nos inflama,
en el abanico blanco
de mi locura guardara.
Si yo pudiera esconder
la soledad que me alarma,
en la mortaja del miedo
junto a un difunto la atara;
si yo pudiera borrar
la risa de la muerta Parca,
la lanzara con mi aliento
a lumbre que la quemara.
Pero no puedo, desnudo
de valor y confianza,
desgarrar con mi desdicha
las desdichas de mi alma.