Soñaré con el albo candor de tu semblante,
soñaré con tus ojos de esmeraldas del mar,
soñaré con tus labios desesperadamente,
soñaré con tus besos... y nunca lo sabrás.
Yo te amaré en silencio como algo inalcanzable,
como un sueño que nunca podré materializar;
y el remoto aroma de mi amor imposible
acariciará tus cabellos... y nunca lo sabrás.
Y si un día una lágrima revela mi tormento,
—el tormento inmenso que te tengo que callar—,
te diré sonriente: «No es nada... Ha sido el viento».
Me secaré una lágrima... ¡y nunca lo sabrás!
Soñaré con el bindi que adorna tu frente pura,
soñaré con tus ojos de esmeraldas del mar,
soñaré con tus labios que me niegan ternura,
soñaré con tus besos... ¡y jamás lo sabrás!
Te veré en el saree que te envuelve de elegancia,
te veré en el Ganges que refleja tu mirar,
te veré en la distancia que me impide tu fragancia,
te veré en el silencio... ¡y nunca lo sabrás!