Mi estimado: Libertador Simón Bolívar.
Encantado estamos amigo nuestro, por su brillante idea de la Octava estrella, ¿Sabe usted, que, por estos lares, bregamos como dicen los llaneros por recuperar el Esequibo? ¿Te acuerdas de la Guayana Esequiba? Bueno, aún estamos en eso. Sabemos que desde dónde tú te encuentres, estarás recordando los momentos de lucha para darle la libertad a Venezuela, y que tuviste que actuar con mano dura en el Perú, para que los dóciles y amancebados peruanos, entendieran la esclavitud que los mantenía en la pobreza material, cultural y espiritual, bueno, así estamos por aquí. Luchando contra pitiyanquis de nuevo cuño, de barrios y cerros alienados, odiados por la burguesía, pero ellos dóciles y entretenidos por sus agresores, por eso te envío esta carta, para ver si nos das el empujoncito a la conciencia de aquellos que no quieren que defendamos el Esequibo, por malcriadez, ignorancia o simplemente por desgraciarnos más la vida, como la han venido haciendo desde 1998, y más cuando en 1999, la República de Venezuela cambió su nombre para bolivariana, precisamente para mantener tu honor y tu gloria de haber dado todo por la patria. En verdad, Simón, nos ha costado hacerle entender a una parte importante de la población que es el bolivarianismo. Nos ha quedado de la colonia esa rémora pitiyanqui-española, que ha vivido toda su vida del saqueo del bolsillo de los menos empoderados. Es por ello que, en esta oscura habitación, donde te escribo, te pido que despiertes, ya no cada 100 años, sino cada 6, para que tu memoria esté siempre viva y recorra los caminos de la patria con alegría y devoción del gran líder que fuiste y que nos dio lo más grande que un ser humano debe apreciar: la libertad.
Ante todo, gracias por escuchar estas palabras, y dadnos una señal cada vez que la patria te necesite.
Atte. Suyo.
Dr. Renny Loyo