Hasta donde llega la risa
Hasta dónde el control de nuestra propia casa y nuestro propio jardín
Dejamos pasa a huéspedes que no son mendigos
Y de pronto se proliferan en un mundo de autodolor
Como un aparato cibernético
Sabemos de nuestros cables y de estar en \"off\"
Sabemos también de los virus
Y de los mecanismos que se saturan si no nos dan un poco de tiempo
Somos conscientes de qué nos hace daño
Y como Adán y como Eva
Mordemos con placer ese jugoso fruto
Sin importar la resaca
Sin importar las parábolas ni lecciones bíblicas
Sin que importe cualquier Dios
Volvemos a caer
Y nuestros hombros no se ensanchan
Y la voz amiga nos relata \"abandona\"
Solo sabemos que no sabemos
Mientras seguimos mordiendo más y más ese fruto
Empezar de nuevo en la madrugada
Cada paradero es definida por su gente
Yo soy réprobo
Mis ojos, mis manos y mi deseo hablan
Y es el pensamiento el que solo actúa
A quién le importa tener la razón
Las aves dan zarpazos para proteger a sus crías
Protegerlas de cazadores inexactos
El Paraíso no entiende de casas ni jardines