Cuando llega el olvido.
En el mustio rincón agonizan las horas,
solo el silencio canta melodías canoras.
En la tosca soledad los fantasmas afloran,
vienen y se van raudos, llevándose ilusiones,
sin consideración, al sentimiento, ignoran.
Los días luminosos trocados en telones
de grisáceo aspecto. Las sospechas perforan
y como finas dagas destrozan las razones.
Es inclemente el sino de luces cegadoras,
retuercen a placer los mejores renglones.
Las dudas en el aire se vuelven las captoras
de olvidos y recuerdos. Suenan extraños sones
de un repulsivo origen de pérfidas esporas.
Desconocidos nimbos, en parcas mentes moran
y sin mayor piedad hasta la fe devoran.