fuimos la colisión fatal de nuestras pieles
el capricho irreverente de dos almas solas
la deriva de dos naves que batallaron por jamás tenerse sin soltarse
la implosión del deseo que nos elevó hasta el síncope
fuimos
la presunción de un final de llanto y la manía de buscarnos
la pedregosa escala a la cima de un cúmulo de desaciertos donde enarbolamos una bandera sin patria
fuimos
el agotamiento de los cuerpos en las pesadas horas en las que jugaban a quererse
esa mentira compartida sin reos ni jueces
que nos empeñamos en creer
fuimos
la certeza de no ser nada ni nadie ni nunca juntos
la malicia de una sonrisa que nacía y moría entre besos vacíos y que nos hacía eco en el hueco que no supimos llenar
fuimos
el truco develado antes del acto
la complicidad en el asesinato de nuestras verdades y el perdón del pecado que no cometimos
fuimos
el agua que brotó y que nos dejó morir de sed
y aquel fuego que abrasó todo a su paso y que supimos esquivar por cobardes
fuimos
tanto y tan poco y tan nada
que no seremos nunca más
nunca más
que lo fuimos juntos
de nadie más
nunca más
como lo que nunca quisimos ser