¿Que hacer en Venezuela?
Es tarea de los venezolanos luchar por el rescate y la defensa de la democracia, a través del ejercicio honesto de la política y de la participación ciudadana.
La politica y la sociedad civil se reconciliaron en el marco de las primarias celebradas el pasado 22 de octubre, de la mano de la Plataforma Unitaria, la Comisión Nacional de Primaria, los movimientos que apoyaron a los diferentes candidatos y de la participación ciudadana, lo que permitió bordar una fase superior de la unidad y definir una candidatura unitaria, representada en esa extraordinaria líder, María Corina Machado.
Este trascendental evento fue antecedido por la firma del Acuerdo de Barbados, en donde los representantes de los factores democráticos jugaron un rol estelar, con el propósito de garantizar respeto a los procesos internos, los derechos políticos y condiciones electorales competitivas.
Ambos hechos estuvieron concatenados y constituyeron entre sí, situaciones dilemáticas para la coalición gobernante por parte de la coalición opositora, utilizando las categorías conceptuales del politólogo venezolano, Jhon Magdaleno.
Estos dilemas generaron contradicciones en el oficialismo, mostrando más que su poder, sus vulnerabilidades y debilidades, cuando empezaron a negar y a desvirtuar el contenido de lo concertado.
Es de resaltar que al acordarse la exigencia de elecciones libres, se exige,
no solo la depuración del REP y la transparencia del voto, sino, también, la habilitación política de personas y de los partidos políticos, la libertad de los presos políticos, el cese a la persecución politica y el regreso de los exiliados.
Es por supuesto una ruta, una agenda, y ante todo, una ardua épica para hacer valer los derechos humanos conculcados por el régimen en concordancia con todas las partes que suscriben el Pacto de Barbados.
Hasta hace poco la política y el ciudadano andaban distanciadas, pero a partir de las primarias se encontraron, lo que significa un avance determinante para ganar las elecciones presidenciales del 2024.
Con la ecuación, Plataforma Unitaria, unidad y sociedad civil, luce gigante la fuerza indetenible del cambio.
Todos los partidos y organizaciones deben entenderse y reconocerse en la heterogeneidad social y en el pluralismo político, dándole coherencia al discurso, al margen de las maquinaciones que aplica el régimen para distraernos y dividirnos. Ya estamos curados de esas estrategias y vamos unidos tras la libertad de Venezuela.
La obra perenne y vigente de Aristóteles nos ayuda a vislumbrar un futuro mejor, cuando plantea que el ciudadano es aquel sujeto que aprende a obedecer y a mandar, a cumplir deberes y a demandar derechos, agregando que la Democracia Republicana, debe estar conformada por los mejores y sus gobiernos deben ser rotativos. La esencia de un buen gobierno, ratifica, está en las mejores capacidades y en la alternancia en el poder. Sus bases son la igualdad, la libertad y el respeto a la dignidad humana, preceptos dignos de emular e hilvanar, en la búsqueda de la libertad, considerando, a la par, el pensamiento libertario de los próceres de la Independencia y de los estadistas de la democracia venezolana.
Entonces, los políticos y los ciudadanos deben consolidar su cohesión estratégica, ya que se trata de una tarea común, la prosecución de mejores condiciones de vida, en paz y democracia.
Sin ciudadano no hay democracia ni buenos gobiernos. Y sin políticos los jardines de la democracia no se bifurcan.
Se desprende que es fundamental hacer valer el imperioso mandato ciudadano, emanado de las primarias, cual fue y es, organizar y respetar una ruta constitucional, pacífica, unitaria, participativa y electoral, a los fines de estar preparados para los retos comiciales de los años 2024 y 2025.
Organización, garantías electorales, movilización y unidad, conforman las líneas estratégicas a seguir hasta la victoria necesaria e inevitable 🇻🇪