Lucy Quaglia
Y llegó
Y llegó de repente sin pensarlo
alguna carta que no quería ver
pero buscaba sin tregua en mi destino
al hilvanar el fuego de un querer
mientras la luna dormía sin pecados
debajo de la historia de mujer
que me escribí a instinto solamente
todo el tiempo de tanto preocuparme
lo que sería, lo que podría ser
como muchacha precoz y sin cuidado
a los ponchazos, sin tregua y esperando
lo que viniera, lo que se iba por ver,
con alguna canción entre los labios
que me dijera lo que querés hacer.
Y llegó la comparsa por la calle
con gente disfrazada de papel
cuando la tarde se iba hacia el ocaso
buscando alguna onda de pasión,
y los grillos cantaban todo el tiempo
para poner compás al corazón.