No transites por tempestades
ni quieras ser la fiera
que jamás en tu vida fuiste,
con palabras tan necias
tu hermosura se desvanece.
¿Que esconde esa mirada,
quizás la rabia en tus adentros?
¡Solo tú lo sabrás!
Torpemente te perjudicas
y allá en tu corazón
con fuego en su interior lo intuyo;
al ver tu despedida.
Cómo ya dije un cierto día,
los silencios que gritan
resuenan detrás de la puerta
anunciando un adiós.