Novios ni amantes
los estrecha el romance,
romance en donde
el beso húmedo
asume el liderazgo
y la sensación extraña
en el cuerpo hace gala
con la excitación,
el placer devora
los suspiros y gemidos
llevan al infierno
o a la mentada gloria,
la lujuria corrompe
y con el orgasmo
la viscosidad discurre
en forma apoteósica,
enlazados en uno
se despiden con ansias,
y planean otro
encuentro fortuito.