Qué sé yo si fue el destino
que me regresó a tus brazos
con el alma hecha retazos
tal vez fue Dios que intervino.
Enderezando el camino
después de haber deambulado
por sendero equivocado
me ha guiado el gran resplandor.
Sitibunda de tu amor
regreso al camino arado.
Regreso al camino arado
al comprender que en la vida
un gran amor no se olvida
nadie como tú me ha amado
ni tampoco me ha besado
con delicada pasión
del amor dulce sazón
respeto y fidelidad
¡Eres mi felicidad!,
de mi vida la razón.
De mi vida la razón
que, por muchos, muchos años
superamos desengaños
y de la vida opresión.
Hoy mi humilde corazón
como en los años huraños
ha restaurados los daños
que causó mi rebeldía.
Sabiendo que te quería
vuelve a los años de antaño.