Qué cansina tarea la de cargar con mi cadáver todo el puto día
vestirlo temprano aún sin hallar con qué
disfrazarlo con un jeans de tres tallas de sobra
y esa blusa blanca que antes le encantaba
y a la que ya no explota el escote con ese par de tetas que lo abandonaron antes que la vida
qué fastidio es tener que maquillarle una sonrisa
pintársela de carmín para disimular la cianosis
día con día estamparle unas gafas para taparle esos ojitos de víctima que tanto me desquician
es agotador tener que recordarle que los muertos ya no lloran
que se comporte como un cadáver decente
que intente no espantar a sus deudos
con esa risita burlona que carga de cuando estaba vivo
necesito un descanso de esta rutina
mi cadáver y yo nos vemos hasta en la sombra que ya no tenemos
nos perseguimos hasta la asfixia
me da náuseas su fingido y parsimonioso andar
detesto esa mueca en sus mandíbulas y esa voz pedregosa que me aturde
maldito embustero
no le soporto más su ingratitud
yo le asisto hasta sus gestos y él solo me devuelve quejas y desaires
en fin
solo quería decir que es tedioso tener que cargar con mi cadáver todo el día
quisiera que por lo menos en domingo
se quedara encerrado en su cómodo panteón
descansando su esqueleto y volándose los sesos a punta de porros
y no tener que amordazarlo para no oírle repetir
una y otra vez
una y otra vez
que nunca me dejará ser más que lo que ya somos