Van quedando atrás, muy atrás,
Con un regreso no permitido,
Emociones vividas, que sin más,
Mueren al pasar los días…
Cosas que creíste que no olvidarías
Y hoy agonizan en tu olvido.
Se murieron hasta los besos
Que nos parecían inmortales,
Algunos momentos como esos
Por los que tanto reímos,
Tan fácil los perdimos…
Ya ves… no eran tales.
O tú no eras quien decías
O no fui yo quien te juré,
El eco de cuando reías
está vivo en mi recuerdo,
porque siendo muy cuerdo
de loco me disfracé.
Y te encantaban mis locuras,
Mis disparates, mi cantar…
Emprender conmigo aventuras
Cuyo fin no sospechabas,
Porque siempre te entregabas
Sin miedo, sin dudar.
Pero todo empieza y acaba
Y no somos eternos…
Esa luz que tanto brillaba
Por alcanzar nuestros anhelos,
Se apagó y dejó nuestros cielos
Convertidos en infiernos.
Infiernos de soledad y tristeza,
Ardiendo por el abandono total.
No hay sonrisas, no hay belleza,
hay un pasado arrastrando sus horas
Y que al alejarse hasta llora
Porque nada volverá a ser igual.
Hay que decir adiós a todo,
A todo… ¡maldita sea!
Odio maldecir pero ni modo,
A Dios no hay quien le mienta.
No puedo aceptar que no te sienta
Ni quiero aceptar que no te vea.
Pero la historia se escribió
Y en nuestro infierno vivimos,
Porque un día juré yo
Y otro, que ya olvidaste,
Fuiste tú quien juraste
Y ninguno de los dos cumplimos.
Y así un día se llega a morir
Lo que inmortal nos pareció.
Nada más hay que decir
Cuando la historia yace trunca.
De tu parte un hasta nunca
Y sólo adiós te digo yo.