Vuelvo a escribir poemas, al descuido,
por la vana costumbre
de disfrutar las sílabas contadas
y cantadas, las pausas
deslizándose entre cada palabra,
los silencios muy bien
premeditados, como una conjura
contra el orgullo inútil
del bardo que tal vez añoro ser
pero nunca seré.
Vuelvo a escribir después de mucho tiempo,
con el perdón de ustedes.