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“Si digo pan
y mi poema no convoca
a los hambrientos a la mesa
es porque la palabra, ya no sirve
y la poesía exige otro lenguaje” GRS
Cuantas veces me escuché
decir con desazón
buenos días, señora tristeza
al saludar, el gris panorama,
que al levantar me esperaba.
Era, pienso ahora, como rogar,
que venga lo que me apena,
según la ley de atracción.
Esa ley me enseñó a decir
en cuanto me levanto
buenos días señora alegría,
porque aprendí la lección.
hoy vivo la vida, que quiero vivir.
Nací para ser feliz
y nada, ni nadie tiene el derecho,
llámense como se llamen,
vengan en nombre del odio o del amor
de arruinarme el día,
ahora si me quieren ver feliz
bienvenidos sean.
Mi forma de ser ha cambiado
si quiero salir, salgo
si quiero entrar, entro
si quiero cantar, canto
si quiero llorar, lloro
si quiero hacer lo que se me canta
lo hago, sin afectar a nadie.
Soy el amo y señor de mi vida
y si alguien manifiesta su enojo,
me resbala, y si de casualidad
el resbalar produce algún rasguño
el corazón me lo dice, no hagas caso,
a mí no me afecta,
pregunta a la razón,
ella te dará la respuesta
que te llenará de emoción,
al saber que no hay motivos
para dar explicación.
Si así, hubiera pensado en el ayer
me hubiera evitado problemas
que amargaron mi existir.
Escuché a una madre decir
“hijo, ¿Por qué no sos como Pedro?
porque soy Juan, mamá”
E ahí en pocas palabras
lo que hoy, les puedo aconsejar,
si quieren vivir alegres
vivan su vida, sin molestar
ustedes son únicos.
hagan oídos sordos
al que los quiera criticar-.