Con un mar de seda en mi pecho
al compás de un piano, habla
mi pensamiento.
En los claros de luna llena
mi alma se alimenta, como el gusano de seda
para inspirar belleza, estremecimiento
al contemplar esa belleza tan coral.
Querida luna, llena de nostalgia
¿adónde me llevas, por derroteros de soledad?
¿de silencios?; el viento solitario
desea entrar por las rendijas de mi ventana
acostarse en mi fría cama, de arrecifes de coral
hacerme compañía; derrotarte, porque quieres
mi agonía y yo quiero diversión, fiesta bacanal.
Al cerrar los ojos, escucho la melodía
y contemplo la belleza de tus ojos
que nada tienen que envidiar, al trinar de los pájaros
ni a la soledad de las cataratas salvajes,
cautivas de su monotonía.
Quiero dejarme arrastrar por la corriente
del piano, el flujo y el reflujo de las mareas,
el subir y bajar del barco con las olas
la oscuridad y, la luminosidad de la luna llena.
Habla sobre mi pasado, a ese piano,
sobre mi lucha, mi bondad, mi lamento
sobre mi amor exacerbado que me deja extenuado
de mis pasiones, de mis noches de vela por estar
acaramelado a tu lado.
Al final de la dura jornada, no me queda aliento
para caminar por las olas del viento,
ni por la montaña con su peluca blanca
quiero descansar en mi morada de sentimientos
Si el viento me lleva hasta allí,
donde tu corazón palpita,
me agarro a su cola para poder volar,
a saludarte con educación, bondad, exclusividad.
La mente me traiciona
necesito valles verdes
y elijo la melancolía
que le sirve de alimento a los cuervos
destroza mi armonía, sensibilidad, sexualidad.
ese derroche de jugos, sábanas blancas, noches vacías
que desperdiciamos los humanos, con nuestro estúpido razonar
Por eso, busca entre el pelotón de los idiotas
que nos dejamos llevar por las olas, la música, su poesía;
déjame soñar, sueños de cristal; hechos de porcelana
y envueltos en sobres de luna llena, reflejada en el mar.