Cierro los ojos, pero mi corazón, no se engaña.
Me insta y me obliga a que, los abra y observe.
Pero, no quiero ver de la muerte, esa guadaña.
Los ángeles velan que, mi integridad preserve.
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¡Hoy no pensaré, pero sí, te miraré a plenitud!
Nada puedo ocultar a ese mi Ser, tan inquieto.
En balde, me pides que, tenga calma o quietud.
Mal podría fingir que, no estoy, en gran aprieto.
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Quisiera, es un decir que, en mí, no se plasma.
Soy realista, así me mate, el deseo de escapar.
Tenerte cerca y, a mi lado, no me entusiasma.
Se me han alejado, todos los deseos de amar.
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¡Me turbó conocerte y, aún más, conocerme.
Sé quién eres y, por ello, no voy a perderme!