\"Porque endulzaste mis desalientos,
porque encantaste mis desencantos,
porque elevaste mis pensamientos;
porque al mirarme tus ojos negros
se iluminaron mis sufrimientos
y mis quebrantos;
porque curaste, generosa,
todas las llagas de mis batallas;
por delicada, por cariñosa,
bendita seas...
porque tú fuiste como un oasis
para el desierto de mis mareas;
porque me diste paz y felicidad,
¡bendita seas!
Hoy voy de nuevo por el camino
donde en arena escriben mi vida inquieta
mis pies cansados de peregrino,
oyendo a un ave de dulce canto
que rima versos como un poeta,
y viendo siempre el rojo encanto
de tu saree...
pero, en la hora de la partida,
cuando sus puertas abre lo ignoto,
y, como un loto, tiembla en la mano
la despedida;
cuando mi viaje sin rumbo emprendo,
ensombrecido por el estruendo
de mis mareas;
cuando de nuevo mi andanza sigo,
porque me amaste, porque me diste
las dulcedumbres de tu alma noble
,
yo te bendigo...
¡Bendita seas!\"