Dariel Cortés

Latido

En intemperie serena de aquel amor nacido,
mi corazón entregué, en pacto compartido,
palpitando de amor nunca antes visto,
quieto ha quedado, en el silencio imprevisto.

Y al hablar de ayer, el escucharte, un eco,
como fruta exprimida, el corazón quedó seco,
de sangre el color, amargo el sabor,
su jugo es néctar vivo del dolor.

En vacía alma que la confianza engendró,
yace hueco a carne viva, mi solaz desgarró,
de herida infortuna arremató tanta paz,
fe ciega de la razón, mi destino torna fugaz.

Y de común intervalo fue, de la nada al infinito,
al infinito llegó, su tiempo al parecer, chiquito,
en instante efímero, el amor se vio perdido,
la ilusión desvanece, hace su último latido.