JAGC

EN UNA CHARCA

 En una charca gigante

pintaba el sol de la tarde

su potencia y su calor.

Con timidez, solitario,

 miraba un gorrión corriente,

desde una rama cercana,

el agua que reflejaba

el rostro desafiante

 del exuberante sol.

Sintió sed el pajarito.

Para colmar su apetito

quiso beber en la charca

 y metiendo su piquito

en el agua remansada,

rompió la faz inflamada

con una honda quebrada

 que descompuso la cara

del sol y su vanidad.

Al terminar, muy prontito,

la cara del pajarito

 se veía en el espejo

perdido el sol su reflejo

en una charca corriente

sin casta ni vanidad.