Viviendo en sus etílicos sopores
de Baco y sus engaños prisioneros;
caminan como tristes pordioseros
perdiendo por las copas sus valores.
Conozco de sus cruentos sinsabores,
sus duelos y sus llantos lastimeros;
de injurias y desprecios son cargueros
sin nadie que mitigue sus dolores.
Juzgamos su apariencia miserable
mas nunca sus razones comprendemos;
y raudos, condenamos de execrable
su mísera existencia, pues creemos
es culpa de conducta irresponsable;
¡y nunca en su actitud la pena vemos!
Autor: Aníbal Rodríguez.