A las mujeres hermosas
que solitarias caminan
y a sus pequeños animan
con su perfume de rosas;
mejores madres que esposas,
con libertad se encaminan
y sus hijos los conminan
a mil cosas milagrosas;
cuánto admiro tanta entrega,
su agradable sacrificio
para triunfar en toda brega
destacar en un oficio:
la soberbia no las ciega
sino el amor a sus hijos...