MENTIRAS BONITAS…
Tengo ganas de que tengas de querernos.
Tengo ganas de que tengas ganas de amarnos.
Quisiera que el día, fuera siempre noche, para dormir envuelta en tus brazos.
Quisiera que no fuéramos consecuencia,
Quisiera que no hubiera culpa, ni perdones del pasado.
Quisiera encontrarte tranquilo, con deseos de abrazarme y de amarme,
de amarme tanto, cómo te amo yo.
He derramado mi alma amándote, queriéndote, persiguiéndote,
porque eres mi sueño incumplido, inconcluso.
Porque entre tantas mentiras que te dije, mi verdad siempre fue que te amaba,
y que te extraño en mis sueños apócrifos.
Eres mi otra mitad, por fin entendí, que la vida me jugo una mala jugada.
Tu llegaste a mi vida, una noche de diciembre,
al día siguiente te escribí, el primer poema, un poema soso, incompleto,
pero lleno de ti, de tu alma, de tu espíritu, de tu rostro,
ese rostro que nunca había visto,
Pero tu propia voz, te diseño y tu poesía me enamoró, era diciembre, tu abrazo
me dio calor, sentí el fuego en tu mirada, sentí que era mío, el momento de tenerte,
Tus poemas eróticos, me atraparon y me provocaste orgasmos de versos.
Tus besos de despedida, de todas las noches, me hicieron soñar despierta, en tus brazos.
Te idealicé y con el tiempo te vi, tal como eres, distraído, culto, sabio, serio, mal humorado.
no te atas a nadie, no te quedas con ninguna, me lo dijiste, yo no soy propiedad de nadie.
Aun así, te hice de mi propiedad, y desde entonces eres el amor de mi vida, mi otra mitad,
El hombre que irrumpe en mis sueños y me destroza en sus brazos, me desvistes con la
mirada, me aprisionas en tu pecho y huelo a ti, me miro en tus ojos, como en un espejo,
te hago mío, antes de que tú me hagas tuya, sueño todas las noches con tu olor entre mis dedos,
tu cuerpo entra acomodándose al lado izquierdo, del lado de mi corazón que te contiene.
Ahora, y también después, después de que te tenga y jamás te deje ir de mi vida.
¿Seguro ya no te acuerdas de mí? ¡yo tampoco!
Solo son mentiras bonitas que me hacen sentirte cerca de mí de día y de noche.
Te siento llegar y mueves el lecho cuándo te quedas todas las noches soñándonos
que nos mentimos todas aquellas noches que nos tuvimos.
Alicia Pérez Hernández...México
No es la pluma la que escribe, es el alma
Todos los derechos reservados©
El sexo es una guerra incivil, la única guerra
sin héroes ni vencidos, ni mártires ni santos,
cuando tú y yo buscamos lo mismo, ¡qué dulce cuerpo a tierra!
tan cerca del abismo, del éxtasis, del llanto.
Cuando se pudra el cielo, cuando silben las balas,
sabrás que dejo todo si tú me dices ven,
porque sigues contando conmigo por las malas,
por más que descarrile mi penúltimo tren.