Cielos plomizos.
Oscuros pensamientos.
Todo se junta.
...Pero una llama
se ve en la lejanía.
Es como un faro.
Y ella te avisa,
te grita y te susurra
donde está el puerto.
El alma triste,
cargada de amargura,
está llorando.
El cuerpo muerto,
vencido en la batalla,
no tiene vida.
Pero tú llegas,
querida mariposa
con tu sonrisa.
Y las palabras,
que viene en tus alas
hacen milagros.
Surge la vida
de aquella pesadilla
y es por tu voz.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/23