Había observado un sinfín de estrellas,
algunas brillantes y otras difusas,
Pero siéndote honesto y sin excusas,
hoy me he olvidado de todas ellas.
Inexistentes lucen dichas bellas,
cuando dulces suenan, las notas tersas,
que como una sinfonía, tu expresas,
e iluminan al mundo mientras brillas.
Como un suspiro de cálido viento,
que acaricia la frialdad del ocaso,
el cielo en tu mirada vi un momento.
y más allá de un fugaz pensamiento,
con la gentileza de un gesto atento,
por ti recorrería el universo.
Juan Amezcua