¡Tláloc! Me has propuesto la indiscreción de almacenar la vida tuya dentro de mi vientre y yo lo acepto.
Yo te he regalado la dicha de tener quien sustente el cielo y las montañas donde habitas.
¿Cuándo esperas que yo te adore, si me has dado la injusta caridad de ti, en donde a placer haz elegido poner tu líquido fertilizante, donde, en vez de quererlo, lo detesto?
¿Crees que es fácil olvidar que sólo yo soy quien te ha dado la garantía de existir sin que a nadie más eso le sea suficiente?
Con altisonantes sonoros nos estremeces y nos ahuyentas cuando quieres aparecer en todos los horizontes; clamorosos y apabullantes gritos son el preludio de tus bondades.
Tú has dado cuenta de todo lo malo que has sido conmigo y es por eso que los hombres te veneran.
No puedes decir, ni mucho menos imponerme respeto hacia ti, si es a través de mi manto benevolente que los que te temen, te adoran.
Sin mí, no eres nada, amor mío, ¡lo sabes!
Sabes que yo atiborraré mis mantos de tu esencia y haré con amor que tu tempestad no vulnere mi cuerpo. Sabes, amor mío, que después de tu hábito destructor yo resplandeceré con vida.
¡Y por eso te amo!
Porque con amor destructor me otorgas el derecho de imponerme y regalarte lo que nadie más ha hecho por ti.
A ti y sólo a ti, quiero regalarte la dicha de trascender, de ser venerado y de existir; porque sin ti, como todo en este mundo, muero.
«MOBILES D´ADORATION À TLALOC»
«Je t\'ai donné la chance d\'avoir quelqu\'un
Pour soutenir le ciel et les montages que tu habites.
Tu sais, de ton essence, je gonflerai ma cape et
Avec amour, j\'empêcherai ta tempête de malmener mon corps.
Tu sais, mon amour, n\'en déplaise à tes manières ravageuses.
Je resplendirai de vie.
Et c\'est pour ça que je t\'aime !
Car sans toi,
Comme tout en ce monde,
Je me meurs»