En la ventana entreabierta
que frente a la mía está,
una muchachita clara
mira ausente la ciudad.
Con un visillo bordado
con manos sin ansiedad,
esconde infantil el rostro
por si alguien la quiere mirar.
El sol la observa celoso
y encierra en la intimidad
dos pupilas temblorosas
mirando sin querer mirar.
Con un pañuelo de raso
retoca nerviosa su faz,
¡ una lágrima dormida
ha despertado al llorar.!
Silenciosa se ha marchado,
como sombra que se va,
la ventana se ha quedado
sin niña a quien poder mirar.
¿ Por qué llorará la niña,
de llorar no tiene edad,
tal vez un amor primero
no la ha querido llamar. ?