Detrás del Tiempo y del Espacio
Yace la Pálida Luna Abierta,
Gira entre Luces
que Muerden las Piedras Talladas
en ese Laberinto que Suspira y
Musita la Voz de una Muerte.
Atónita Herida,
Abierta a los Vendavales Furiosos
Ateridos de Fríos,
Helados e Inciertos
de un Firmamento Mutilado
que Sabe
del Silbido Ahumado
de los Silencios...
Incendio Candente de Brasas Sutiles
Triturado en las Borrascas
entre Milenios Asidos
en los Portones Gastados
de un Amor que se Pierde...
Ascético, Eterno Dolor
en la Elegía Supina
en donde Habla la Noche
y de Sed, Atorada de Engaños,
de Ausencias Dolosas,
Comulga ya,
Perdida...