Solo yo sé, como se congela mi alma
si en mi casa y en mi cama
no se escuchan palabras amorosas
ni se huelen las dichas suntuosas
que el amor despliega cuando llama.
Solo yo sé, como retumba en mis oídos
el trueno silencioso de la pena sigilosa
al unirse al eco apagado que una rosa
ajada y desabrida, ayer atesorada
entre las páginas de un libro,
rinde cumplidos al amor que la guardó lozana.
Solo yo sé, sufrir tras el feroz naufragio
de mi mirada en el aljibe del espejo,
si la respuesta es la cara de un fantasma
sin ojos para mirar ni labios para los besos
Solo yo sé vivir sin conocer el veredicto
del juicio abierto a mi pueril pasado
si hoy la soledad reo me tiene
en la cárcel ausente de un anciano.