Si de carne te pienso,
de viento ahora mismo te escribo,
acariciando el agua de la memoria
y la luz que no acaba de mostrarse al final de la niebla,
de mientras..., voy recreando el pasado
en un acto de amor indefinido,
al tiempo que la edad venidera es una carretera
por donde correrá la vida.
Y el camino andado es una carta escrita
que llevo debajo del brazo con todo el peso de mi fatiga.