Fran Illanes

UNA TARDE INOLVIDABLE

Era noche de lluvia

cuando la luna se vistió de negro

a las puras penas se distinguía a la distancia

entre las nubes encontraba cobijo.

 

Hacia mucho la mirada andaba opaco y triste

ni tanto por algunos recuerdos vagos

como la luna de aquella noche

cursaba mi sonrisa.

 

Como quien dice

después de la lluvia, el sol sale a relucir con más poderío.

 

Mi sol brilló con furor 

al amanecer siguiente 

de aquella tarde templado

donde vi tus ojos por primera vez

detrás de esos lentes redondos

y entre ellas tu linda sonrisa que traía paz a mi vida.