Un barco blanco
se ve en el horizonte
y lleva velas.
Son velas blancas
iguales al navío
que contemplamos.
Los sueños vuelan
y van desde la playa
hasta alta mar.
Allí se unen
se juntan y conforman
algo irreal.
Sueños de niños,
de adultos y mayores
sobre las olas.
Hoy navegamos,
siquiera unos minutos
y en fantasías.
Se oyen los remos,
las olas contra el casco
y silba el viento.
Vibran las velas
a impulso de la brisa,
llevando el barco.
Y mientras tanto,
los sueños se transforman
en un poema.
Y es el poeta,
el niño y el adulto,
quien esto sueña.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/23