Carlos Bequer (seudonimo)

UNA VIDA TRUNCADA (relato)

Una Vida Truncada




\"Yo ya no tengo remedio sra\"
Dijo con tristeza en los ojos...¡y se marchó!

Hacía años que lo veíamos aparcando coches a cambio de alguna moneda o acarreando en algún carrillo chatarras varias con lo que ganarse quizás lo que se llevaría ese día a la boca o desgraciadamente a sus venas.

Nunca le vimos pelear o discutir en voz en grito como hacían muchos en sus mismas circunstancias. En él casi todo era pasar desapercibido dentro de sus actividades diarias.Jamás le escuchamos una mala palabra ni un mal gesto.Pero su gran desatino quizás fue el mal paso que dio un día para formar en las filas de los que esperaban su ración de metadona para supuestamente vencer la adicción a la maldita droga en la que estaba sumido.

Aquella mañana se acercó al kiosco de la once a comprar un cupón del viernes.¡Toma hijo! ¡haber si te doy la suerte y te soluciono algo la vida,le dijo mi mujer.La respuesta de aquél chaval que quizás no llegaría a los treinta años,fue la que puse al principio de este escrito...

¡Yo ya no tengo remedio Sra! mientras se marchaba con el cupón en la mano y pocas esperanzas en el corazón a tenor de su respuesta.

A partir de ese día pocas veces lo vimos por el barrio y meses después de dejar de verlo nos enteramos que había muerto en la calle por una sobredosis de aquello que lo tenía esclavizado ¡la maldita droga! de la que no quiso o no supo salir.

Acudieron a mi mente compañeros de escuela que acabaron igual,que un día estuvieron sentados a mi lado en el pupitre y un día escogieron un camino equivocado de droga y delincuencia.

De aquél chaval me quedó el recuerdo de su mirada triste al reconocer su falta de esperanza en el futuro.Me quedó su andar sin molestar por las calles mientras intentaba un amago de ilusión al comprar un cupón.

Y me quedó la rabia de reconocer que un mal paso puede truncar la vida de quizás muy buenas personas que un día se quedan sin esperanza de futuro y encadenados a un veneno que les destroza el cuerpo y el alma.

Y me quedó su recuerdo que me surge en esta noche cuando mi hijo se despide de mi para marcharse con su novia de marcha con otros amigos,y me quedo rezando para que no dé un mal paso que conduzca su camino a un infierno de la que podemos estar expuestos cualquiera,en cualquier momento y cualquiera de nuestros seres queridos.

Caminamos al filo de la navaja.Nuestras vidas dependen de decisiones acertadas o equivocadas y eso nos llevará a nuestro propio camino de normalidad o de encrucijada.

Recuerdo a ese chaval,una vida truncada,una vida de tantas...y el mundo continua.