Hace tiempo se marchó
sin decir una palabra
con el alma destrozada
y también el corazón.
Cada vez que sale el sol
sobre la espesa montaña
esa luz de la mañana
le recuerda aquel amor;
ese amor que quiso tanto
como el agua de la fuente
que riega los campos llanos
vistiéndolos color verde.
Y al volver a recordarlo
dijo triste: ¡Vuelve, vuelve!