Tumbados en la hierba (Madrigal)
.
En una noche oscura, sin estrellas,
con su infinito inmenso
y abusando del negro más intenso,
atadas a sus huellas
están nuestras figuras recostadas,
tan solo con la luz
que encierran las miradas.
Asidos de las manos y soñando
sin más... de vez en cuando,
tumbados en la hierba
mientras la noche observa,
dejamos al silencio respirar,
a la espera que el cielo nos permita
de manera gratuita
volvernos a besar.
.
Fotografía y poema: Ramón Bonachi.