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**~Novela Corta - Ágatha y sus Millones~**

Novela Corta: Ágatha y sus Millones

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez

Seudónimo: EMYZAG

Comenzada: 1ero - 4 de diciembre de 2023…

Publicada: 4 de diciembre de 2023… 

Terminada: 4 de diciembre de 2023…

Editada: 1ero - 4 de diciembre de 2023…

Mi #31 de novelas cortas en el año 2023…

Mi #149 de novelas cortas hasta el año 2023…

7169 Palabras 10 Páginas







~ * ~Sinopsis:

          ~ * ~Ágatha una mujer comerciante que vende lencería se hace millonaria con millones con la compra y venta de éstas lencerías, pero, los pierde en un trance delictivo cuando un ¨hacker¨  hace una transacción indebida con su cuenta de banco…y el banco no tiene potestad para devolver la transacción…



Ágatha, una mujer con ojos de gata resplandece con cabellos dorados como el sol y con ojos de color azul como el mar y renace su vida cuando la pobreza queda en su vida. La vida de Ágatha en la eterna pobreza se debe a que no es tan inteligente como los demás parecen dejando una estela sin sabor, sin inteligencia ni sabiduría. Si Ágatha comienza a ver su vida como del color del mar y el color de sus ojos es cuando desea incursionar en el mundo empresarial y de los negocios. Ágatha sin ser inteligente, pero, sólo le basta con la astucia de la vida, porque en el trance perfecto de las vivencias, vicisitudes, dolores y, heridas Ágatha se vio en la encrucijada de un hambre voraz que la lleva hacia la cúspide en penetrar hasta el fondo de su propia alma. Porque el alma de Ágatha tenía una luz como la luz neón y destrozando a la vida quedó Ágatha deliberando a un sólo corazón cuando el deseo de sentir el cielo inalcanzable fue cuando quiso ir hasta sus sueños y en poder ser logros. Ágatha sólo piensa en su pobreza, en la desdicha que le otorga la vida y en un cometido de ver el cielo de gris tormenta cuando al acecho de su vida queda malherida de un suburbio penetrante como lo es la carente pobreza. Ágatha de ojos color azules como el mar abre una encrucijada deliberando la vida porque en el corazón está la riqueza del alma, aunque sea con luz de neón como Ágatha siempre dice. La luz en el alma de Ágatha percibe que su propia esencia corre en ser como una alta comerciante y empresaria. La vida lleva a Ágatha por el sendero correcto, por la vida consciente y, por la luz del cielo que es el mismo sol. Cuando Ágatha se convierte e incursiona en el ambiente empresarial sólo con el producto de compra y venta en lencerías. La vida de Ágatha fue trascendental cuando la pobreza no derribó a todo sueño y a toda voluntad queriendo distraer la vida y la pobreza en contra de un dolor y de un hambre voraz como fue atroz. Ágatha salió a la vida, al mundo, al firmamento y, al universo para que el mundo pudiera saber de Ágatha como la gata de ojos de color azul. La vida acechó indeleblemente el alma, la luz y, la fría tempestad en persuadir y manipular a la vida. Y, la vida insistentemente descontrolada, abatida, en soledad y, en desolación quedó Ágatha como la forma más vil en ver el cielo y el mar del color de sus ojos. La vida empresarial fue cuesta arriba para Ágatha cuando el tiempo y la vida derrumbó con pobreza la vida de Ágatha. Ágatha se convirtió en una comerciante empresarial, pero, su rumbo y dirección se vio mortífera, atraída, letal y, tan real como aquella pobreza que una vez fue insolvente, pero, la dejó airosa. Ágatha en la encrucijada de un sólo espanto se vio atormentada, fría y todo por la pobreza en que vivía. Ágatha, un día decide sin tentar más el silencio de su razón ni de su pobre corazón. Y Ágatha un día se fue del mundo esperando por un buen deseo o un buen tiempo, cuando en el sólo deseo se entregó en la encrucijada en querer amarrar la vida en que el tiempo soslayó en sombras y en penumbras de sórdido desenlace. Cuando en el tiempo y más en el deseo se cumplió la promesa que un día hizo delante de la Vírgen María. Y soslayando en la soledad se cumplió un mal desenfreno cuando sólo en el desierto fraguó lo que en el tiempo no caducó ni expiró en el alma una luz como del color neón. Y, Ágatha desnuda de un sólo sentimiento se dedicó a ser como el deseo o como la amargura deseando abrir el alma con la luz como del color neón en su propio corazón. Ágatha en el tiempo y más en el ocaso se vio perdida, dolorosa, herida cuando no tenía de qué comer. La pobreza para Ágatha fue difícil cuando en el imperio de los corazones no era igual. La vida para Ágatha se vio en la encrucijada de un sólo mal tiempo cuando en el ocaso se perdió la vida, la esencia y, más el tormento frío. La presencia en querer abrir a los ojos de Ágatha fue cuando la pobreza albergó un delirio delirante cuando su alma brilló con luz del color neón. La vida de Ágatha se vio en el tiempo perdido de una pobreza extrema socavando en el desastre de creer en el embate de dar una salida y fue el alma limpia y rica, pero, en una pobreza extrema. La presencia autómata en creer que el tiempo ocurre como discurre el alma limpia, impoluta, clara y, sosegada se convierte en un delirio delirante en creer que la vida no pasa ni en vano ni desapercibida, pero, la pobreza queda como principio y con un final muy diferente. La esencia de Ágatha quedó malherida, desastrosa, abatida y, mal inconsecuente cuando el alma de color neón otorgó una luz, una plenitud y, una virtud llamando al alma con una sola luz. La esencia se percibe en un desastre y con una pobreza insolvente cuando se abastece el alma y la vida de necesidad inconclusa, penetrante e inestable. La pobreza como llama en una hoguera dejando cenizas por doquiera es como percibir que el delirio es frío como la pobre insistencia dejando caer la extrema pobreza detrás de toda una vida. La esencia de Ágatha se torna exasperante cuando la pobreza la dejó inoperante, con inopía buscando sólo una riqueza autónoma en solventar a su propia vida dejando a la pobreza a un lado. Ágatha con ojos de gata como el azul del mar se vio en la encrucijada y en la perdición inocua, pero trascendental buscando una sola alternativa para poder ver al cielo de una fría tempestad. Ágatha y la tempestad tienen coincidencia cuando en el altercado frío entre la pobreza y la riqueza comienza a tener una contienda que no se debe tentar en la fuerza de una mujer y más llamada Ágatha como la gata de ojos de color azul. La vida de Ágatha se tornó exasperada, inoperante, con la pobreza en inopía extrema como el terrible desenlace en obtener el frío en la misma piel. La esencia en presencia se debate en realizar la vida más certera cuando Ágatha se convierte en una comerciante empresarial deseando abrir brechas en el mundo de los negocios con el producto de lencerías para mujeres casi perfectas en el ámbito personal y corporal deseando que las miradas en pasarelas quedan absortas y atónitas. Cuando en el embate de dar primero una sensación fría demostrando que se puede tener éxito en la vida, Ágatha siente y percibe el trance perfecto en creer que la vida es tal como es sin sospechar que la vida cambia de rumbo y de dirección dando vueltas autónomas de un amor por la vida. Ágatha enaltece de frío y de bondad cuando en su alma con luz de color neón se entristece cuando en su alma pinta de un color como el negro cuando Ágatha íntegra y reintegra hacia amar y hacia el mismo horizonte donde la vida la lleva por rumbos inciertos. La presencia de Ágatha en el mundo empresarial la lleva, la trasciende, la transmuta y, la transgrede hacia un firmamento real, automatizado en la espera y en la autonomía dejando claro que es una mujer decidida, perfecta, recta y, tan directa como el viento a su favor. La vida de Ágatha se torna indeleble, fría, con un éxito rotundo en la compra y venta de lencerías para mujeres perfectas que aman a los hombres y que desean proyectar a una mujer verdadera. La presencia de Ágatha se entristece, se espanta y, se deleita de una forma u otra por establecer un rumbo incierto en la espera de obtener una dirección correcta y fue en la compra y venta de lencerías para mujeres. La vida de Ágatha como la gata de ojos de color azul como el mar se entristeció cuando su alma quedó varada en el recuerdo vago y en vano en querer solventar a aquella pobreza en que vivió. La vida de Ágatha se vio mortífera, letal y, de un espanto en la mañana con un crepúsculo como los tentáculos del sol, pero, cayó la lluvia empapando a todo suelo y mojando a la vida y más a la piel. Ágatha y su forma de creer en el desierto efímero quedó adherida, espantada, inerte, sosegada, templada y, con una paz envidiable cuando en el alma ocurre y discurre un pasaje de ida sin regreso hacia la cúspide en amar a su propio éxito. La vida de Ágatha quedó atraída, aferrada, insistente y persistente en obtener más riquezas cuando llega a su vida todo el éxito perfecto en su corta vida. La existencia de Ágatha se debate entre la vida empresarial y la confección de la lencería para mujeres perfectas y en cada rumbo la vida, la penitencia, la existencia y, la perfección dando énfasis a la vida empresarial y de los negocios. La vida de Ágatha se vio incolora, pero, muy colorida pintando y dibujando en el altercado una furia y un altercado frío dejando saber que el éxito llegó con la pobreza en inopía exagerando su trayecto en formar un éxito. La vida de Ágatha se vio intransigente, atemorizante y, vigorosamente atraída por el éxito que obtuvo en la vida por compra y venta de lencerías nuevas para mujeres perfectas con adyacente penuria en sublevar la autonomía perfecta en el alma de Ágatha. Ágatha se aferra al frío cuando en la pobreza pudo saber la carencia, la inopía y, el clandestino pugilato que se tiene por ser solvente en un delirio frío como lo fue esa pobreza en la vida pasada de Ágatha. Ágatha se aterra en ser la comerciante empresarial más versátil y perfecta obteniendo mayor riqueza económicamente y en el alma. La vida de Ágatha comenzó a derribar al viento, al mar y a la perdición en jamás dejar ganar al corazón ni al fracaso porque el amor y el éxito van de la misma mano. Ágatha se debate entre la carencia de su pasado y la fuerza en mujer exasperando a la vida, a la suerte y, a la compasión en riquezas de un presente de un total éxito. La vida de Ágatha petrificó la esencia y la perfección en obtener riquezas después de esa inopía en carencias del pasado de Ágatha. La vida de Ágatha se atemorizó en un espanto con la única suerte en querer solventar la esencia de una riqueza autónoma en poder creer que el mundo tal y como es, es insolvente como la carencia que tuvo hace mucho tiempo atrás. La vida de Ágatha se vio incolora, inestable, insolvente y, con un dolor por el temor de perder su riqueza después de tanto sacrificio en el alma, en la vida y, en la esencia. La vida queda mortífera, letal y, de un espanto seguro cuando lo que desea es proteger a su riqueza. Ágatha y sus millones enaltecen a la vida, a la furia y, a la euforia en amar el éxito como el fracaso o como el sol con lluvia cuando el mundo es tal y como es. Ágatha se forjó la vida y más como comerciante empresarial y quiso que su mundo fuera real, pero, sin más ni más quedó atónita y absorta por tanto juego sucio entre negocios turbulentos como fatulos. Ágatha y la lluvia empapa a sus alas de acero, aunque, nunca Ágatha permite descender del cielo ni caer con alas mojadas ni mucho menos dejar de volar. Ágatha abre el silencio y el alma con la luz del color neón fue de rumbo incierto, y cambiando los latidos del corazón sólo quiso ser como el dolor fuerte y como la lluvia en tormenta y en tempestad sólo forjó lo que nunca ser una alta ejecutiva comerciante y empresarial con la compra y venta de lencerías para las mujeres perfectas de la ciudad del barrio, del campo, para todas las edades y, para todos los tamaños. Si Ágatha se aferró al frío desconcierto y al frío delirio de entrever la razón en cuestión de una sola salvedad fría se siente como la soledad de entregar todos sus millones a un banco para ahorrar su propio dinero. Éste banco fue bueno en medida y en transición, pero, no todo lo que se ve es la realidad. El banco muy responsable en sus trámites con Ágatha y ella confiando en ese banco, por el cual, se aferró al deseo efímero de cortar lazos de amistad sino tener un vínculo entre negocios. Y Ágatha se siente decepcionada entre los lazos negociantes entre ella y ese banco, por el cual, aceptó a sus millones para hacer ahorro en cuentas de ahorros ahorrando. Cuando Ágatha la de ojos de gata y con ojos del color de azul se entristece de un espanto inseguro como ese mar travieso y bravío de sus propios ojos, quedó Ágatha como ese mismo mar abierto que desea la fuerza y la voluntad como el éxito perfecto. La vida de Ágatha entre los negocios empresariales y de comerciante se debate a que la inteligencia débil de Ágatha es con astucia y lista como la vida misma. Ágatha se fue de la vida imaginando que sus millones están en plena libertad de cualquier hurto o más que eso de perder lo que ha vivido y lo que ha cosechado. Si con la fiebre de querer más en la vida y con el sudor en querer más de la vida y de los negocios tentando el alma, la fuerza, la vida y con el corazón abierto en sangre derribando el alma llena de luz. Si en el alma de Ágatha quedó como todo color de neón, y como el deseo de entregar a la razón sin desmedida y sin más que el deseo ambigüo. Y lo continuo de aceptar en el alma una luz del color de neón observando que en la vida se aferró al deseo en ser toda mujer de los negocios con la compra y venta de lencerías, cuando en el camino y en el destino, fue frío como el desierto. Ágatha sintiendo la fiebre y desnudando la esencia fría de un calor extremo destronando la vida en un efímero desconcierto autónomo caen sus negocios cuando en el alma y en su virtud se aterran al frío y al desastre de una merma en producción de lencerías. Cuando en el embate de creer en que el alma llena del color como del neón Ágatha quiso ser como el suburbio de un sólo corazón de un ritmo y de un sólo latir, cuando en los negocios triunfa como toda dama empresarial y comerciante, pero, los negocios son altos como bajos y en creer que no siempre es tan alta la demanda cuando los consumidores prefieren otro precio o mejor calidad del producto. Y Ágatha por recibir el deseo ambigüo en querer ser como lo más deseoso en el alma y con la luz del color neón y con sus ojos de gata forjando el color azul del mar y sus ojos. Y con un dolor en los costados por ese banco con Ágatha y sus millones se delibera en caer frente a ese banco si su dinero los ahorra o no en ese banco. Y Ágatha con la fiebre en el cuerpo desnudando el combate de creer en el alma una sola luz en el color del neón como la fantasía de amar quiso más amar a sus millones que a la lencería que compran y venden los clientes más asiduos con su marca predilecta. Ágatha en la posibilidad de creer en el trance de la verdad y en el ocaso se fue y con el ocaso llegó la noche fría a descender y Ágatha halla una carta escondida entre el buró y el escritorio de madera, la luz opaca y templada, derribó el trance de la fría verdad. Porque cuando Ágatha se entristece por leer esa carta se debe a que la lluvia cae desde sus propios ojos del color del mar, sí, Ágatha la de los ojos de gata y del mar abierto con ojos del color del mar y las lágrimas llenas de acérrimo dolor. Y deseando derribar a todo el mal quedó por leer esa carta recostada en el asiento de un escritorio elaborado de madera fina que se deleita en la fantasía de esa carta que la observa y la mira desde una tenebrosa perspectiva. Y la carta zozobrando en el tiempo, y más que eso a la deriva y naufragando entre esos ojos azules del mar bravío en que sólo ella observa a esa carta deliberando como un cometa de luz con la fuerza única de leer con lectura. Ágatha pudo leer esa carta donde pudo saber que el delirio delirante de creer en el acometido de caer de bruces caídas cuando en el alma llena de luz desciende desde arriba hacia abajo, con el tormento indebido de sentir en el alma a esa luz del color del neón. Cuando en el alma de Ágatha llena de la luz descendente cree en el deleite carnal de unos millones sobre la cima atrayendo a la conmísera luz de ver al cielo con unos de color azul como a sus ojos llenos del mar que rompe con olas entre las rocas perdidas de ese mar cuando sabe que el desafiante e inerte de una solución devastada por esa carta que halló ella en el buró. Y desertar en el alma como una luz como la del color neón dentro del acometido en caer sobre esa terrible carta que le desnudó el corazón en un sólo segundo cuando abre el sobre con esa carta. Ágatha lee la carta pausadamente, pero, a su costado está el terrible dolor de querer al alma en contra de unas letras y palabras devastadas en el camino dentro de su propio corazón. Ágatha percibe y siente que su alma pinta como a luz de color neón dando énfasis al tormento y al ineficaz dolor que llega desde que Ágatha lee esa carta. Fue y era una noche impetuosa, clandestina, sosegada y, sin calma desnudando el alma en un santiamén destronando la vida, la conmísera atracción de atraer los recelos de la vida, de la herida y, del dolor perdido. Ágatha en aquella noche fría, con un viento álgido y una gélida piel se desmorona la esencia y la virtud sólo por leer aquella carta que le desnudó el alma. La vida de Ágatha y sus millones quedan a la deriva desde que aquel banco donde desea ahorrar todo su dinero no es tan confiable como haber tenido y haber sido una alta ejecutiva, comerciante y empresaria. Ágatha comienza a leer la carta muy pausadamente como si tuviera un misterio, una incógnita y, un sortilegio escrito en esa carta espeluznante y estrepitosamente escrita hasta con rojo sangre de la tinta imborrable de un capricho exótico en creer que el mundo es silencioso como el vil tormento en leer a esa carta. La vida de Ágatha siente que su alma se llena de friolero porvenir y en tiritar de álgido viento sintiendo que el alma es fuerza, pero, débil en su naturaleza cuando la luz del color de neón y con sus ojos de color azul como el mar impetuoso y bravío rompiendo como rompeolas en cada roca del mar, esos ojos quedan con lágrimas acérrimas que corren por su rostro desde que el tiempo transcurrió pausadamente al leer a esa carta que desnudó a su propio corazón. Cuando Ágatha toma entre sus manos sudadas a la carta dentro de ese buró donde la consiguió para poder leer pausadamente y electrizadamente porque en el silencio se enaltece el sabio instante en creer lo que dice escrito en esa carta cuando Ágatha encierra el deseo de converger lo que se atemoriza de un espanto seguro en creer lo que está escrito en la carta. Ágatha y sus millones quedan a la deriva penetrando hasta el fondo de una cuenta sin fondo y todo porque en el delirio delirante se vio ingenua y herida sin poder derribar el porvenir incierto cuando corre en ser como esas letras sin poder volar de un papel estrujado y con tachaduras. Ágatha se vio en la encrucijada de creer en ese escrito penitente e indeleble y atemorizada de un dolor porque Ágatha era la destinataria de esa carta. La vida de Ágatha quedó adherida a esa terrible carta cuando la toma en sus manos sudadas se espanta de un frío penetrante tiritando en el álgido viento entre el calor y el frío y sintiendo la suave redención cuando creció como cría de leona en el debate de aceptar y leer la carta entre sus manos sin esperar a que cambiara el ritmo de la vida sucumbiendo y zozobrando en el tiempo una decadencia efímera, pero, tan real como el mismo mal tiempo en que el frío atrapó a las manos de Ágatha y con esa carta navegando y a la deriva entre sus propias manos. Ágatha destruye la fuerza, la voluntad, la seriedad y la naturaleza de sus palabras inertes sobre el fuego clandestino que le recorrió el cuerpo cuando pudo leer esa carta destronando al frío. Y, Ágatha y la luz titilando del color neón de su propia alma zozobró en el tiempo y como el oro que es todo el tesoro quedó oscuro como la oscuridad de toda una noche clandestina, inerte y, suave en el delirio frío de converger y convidar el trance de la perfección entre el corazón y su alma. El alma de Ágatha se aferró al delirio delirante en creer que el combate en caer sobre el precipicio de un sólo tormento del tiempo real como poder haber sobrevivido de un cometa de luz, pero, en el desierto se da un frío levante en la piel álgida. La vida comienza con un desenfreno total cuando llega a ser como la fría verdad y que esa carta se encrudece como tormento desafiante de un desenfreno total cuando Ágatha lee la carta. Y, como mala tempestad se aferra al frío penetrante en creer que no caduca el tiempo cuando la carta expresa una verdad de un porvenir incierto. La esencia y la presencia se debate en una insistencia por haber abierto esa carta donde trae consigo una penitente verdad y Ágatha pernoctando en la oficina de donde en el buró se halló a la carta y desnuda de un sentimiento sus lágrimas caen en el mismo mal tiempo que se dedica en ser como la vida. Ágatha siempre caudalosa, pero, ingenua sin inteligencia alguna sólo con astucia se llenó la vida en ser lista, pero, la vida le juega cartas al azar. Ágatha se aferra al álgido delirio desafiando lo trascendental y lo incongruente de una vida a cuestas de la razón. La presencia se debate en un mal percance cuando se abre la incógnita de haber leído esa triste carta cuando Ágatha la toma en sus manos sudadas de unos nervios inmortales y letales como el viento gélido. La vida de Ágatha se torna exasperante, inocua, descendente como la forma más real de combatir la espera inesperada en decaer la vida por leer esa carta. La presencia en la vida de Ágatha se tornó transparente, translúcida, como si fuera invisible, pero, era tan real como la vida misma y esa carta la dejó atónita, absorta e incandescente como la luz del color neón de su propia alma. La vida de Ágatha se tornó inoperante, débil, sin inteligente raciocinio y, con ingenuo dolor de haber sido estafada con esa carta. Ágatha y sus millones quedan a la deriva de atreverse a desafiar si es preciso al mundo, a la inteligencia, a la astucia y, a la vida misma sin saber Ágatha que la vida por experiencia le gana a la astucia y a la inteligencia misma. La presencia de Ágatha se debate a una sola solución y es haber cumplido cabalmente explotando la vida y la experiencia de vida en el altercado frío en supervivencia en ser una alta ejecutiva como comerciante y empresarial. La inteligencia de Ágatha se torna exasperante cuando lee la carta, no comprende la carta y la única salida es converger con el problema. La vida de Ágatha, la gata de ojos de color azul como el mar quedó a la deriva como pensar cuando en el altercado frío se debate una conmísera mala insistencia en destruir a esa carta con sus propias manos. La vida de Ágatha siente y percibe el instante y con la carta en sus manos que pudo leer se le viene todo encima y de arriba hacia abajo todo lo que ve y a todo mundo que había construido para perder todo en menos de  un segundo. La esencia de Ágatha y sus millones se van a la deriva cuando el banco donde posee todo su dinero le envía una carta y lo que allí se expresó fue de infarto. Ágatha a esa carta la halla debajo de otras cartas cerca del buró y de su escritorio como oficina, pero, no la lee hasta después en una noche impetuosa, delicada, y fría cuando toma a esa carta entre sus manos sudadas y con un dolor intransigente cuando en el alma se debate una tristeza en el alma y es que esa carta del banco expresa lo peor para Ágatha. La vida de Ágatha como la gata de ojos de color azul como el mar se halla conciente en la vida como esa luz de color neón que le atrapa su alma dejando un rastro por donde Ágatha camina en el desconcierto de ver al cielo de gris tormenta cuando la carta le anuncia lo peor. El banco de Ágatha se tornó exasperante por haber anunciado la estafa de un dinero a Ágatha cuando ésta queda sin dinero alguno. Ágatha y sus millones quedan a la deriva por un cruel momento deliberando la paz y atrayendo el dolor, pero, muy crudo como en carne viva en la misma piel. La vida de Ágatha entristece por todo y por tanto cuando en la noche impetuosa, fría y, tan álgida como el viento lee una carta, la cual, tiene a Ágatha y sus millones entre las manos de una estafa. La vida de Ágatha se torna fríamente indeleble a la vida, al viento, a la osadía en creer que el mundo como comienza se sabe que termina. Ágatha y sus millones se hallan a la deriva maltrecha, navegando por el mar de sus propios ojos cuando en el altercado frío se debate una carta casi empapada por el sudor de las manos de Ágatha cuando lee la carta. La carta está escrita en letra separada y a doble espacio como carta ejecutiva de un banco. Ágatha y sus millones están estafados por un ̈hacker ̈, el cual, pertenece a una red de robos bancarios cuando en el presente recibió Ágatha a esa triste carta. La carta no era un error equívoco, pero, puede ser un sólo error del banco. La vida de Ágatha y sus millones florece como resplandece, pero, entre las manos de algún mal engendro en que sólo quiso hacer daño a Ágatha. Cuando crece la encrucijada en Ágatha y en un sólo mal espanto si Ágatha lee la carta ejecutiva del banco y ésta le expresa lo que acontece cuando en el delirio delirante del alma sosegada se pierde un sólo mal instinto en amar sólo a sus millones como gata enfurecida, como gata en celo, y como gata con cría y arañando a la vida quedó con esas pezuñas debajo de sus patas o como uñas filosas en que sólo se aferran al dolor y a la mala herida. Y en sublevar la razón se pierde en un sólo trance delictivo, de un delito de un sólo ¨hacker¨, en que la vida de robos de bancos lo era todo para ese ¨hacker¨. La vida de Ágatha comenzó a decaer en esa noche impetuosa, dolorosa e inestable por leer esa carta ejecutiva del banco. Ágatha y sus millones se enfrascan en un sólo mal tormento en caer sobre aquella mesa de altos ejecutivos en una sola reunión y con Ágatha y sus millones. La reunión se da al otro día en poder haber leído la carta del banco. Ágatha sólo recuerda esa noche templada, sosegada y en mal estado se debate entre la fría verdad y la mentira ilusoria de una falsa carta. Ágatha entristece tanto y por tanto que en el recelo de la vida y de la cruel insistencia se debate entre la verdad y la frialdad de un desierto frío como la nieve álgida. La vida de Ágatha se aterra al frío convenio de una reunión entre altos ejecutivos queriendo solventar y retener sus millones en el banco. Ágatha la de los ojos de gata y de color azul como el mar impetuoso, bravío e intranquilo, así, quedan los ojos azules como el mar de Ágatha por perder a sus millones. La vida de Ágatha se torna intransigente cuando pudo saber o tuvo conciencia que sus millones están a la deriva navegando como un ̈hacker ̈ entre la información financiera de clientes del banco. Ágatha y sus millones entreteje una telaraña devastando la vida, el éxito y, la supervivencia en querer a sus millones bien y en el banco, pero, como todo humano el banco posee errores y el error más grande fue enviar a esa carta antes de verificar la estafa y las transacciones de Ágatha. Ágatha realizó varias transacciones fatulas hacia un negocio de un vínculo comercial entre lencerías y Ágatha sin recordar a esas transacciones es cuando se debe la estafa a su cuenta en el banco cuando un ̈hacker ̈ comenzó a inmiscuirse y timar las cuentas de Ágatha perdiendo a sus millones. Ágatha comenzó en ser la mujer fuerte como la gata de ojos de color azul como el mar bravío, impetuoso y, fuerte como los ojos de Ágatha deliberando entre tomar acción o aceptar el error cometido entre esos negocios turbios de lencerías para mujeres y las transacciones de Ágatha. La vida de Ágatha se enaltece en la presencia en querer amarrar el deseo en conveniencia de obtener a sus millones nuevamente en la cuenta del banco. Ágatha sin ser inteligente con sola astucia se debate en aclarar como la claridad que su cuenta refleje sus millones. Ágatha y sus millones quedan a la deriva penetrando en la vida de un ¨hacker¨ cuando sus millones están al acecho de una cuenta estafada y timada. Ágatha y sus millones después de una pobreza en inopía, de un peculio escaso y, de un estipendio carente Ágatha logró lo que nunca convertir a su empresa y ser una comerciante de alto renombre cuando Ágatha logra penetrar en el mundo de los negocios. Ágatha y sus millones van a la deriva y todo por culpa de un solo ¨hacker¨ que intercede en las cuentas de Ágatha. Ágatha en la reunión con altos ejecutivos del banco se aferra al deseo en querer derribar la forma en solventar la manera para que no intercedan más en su cuenta y obtener nuevamente sus millones. La vida de Ágatha se torna desesperada, pero, trascendental cuando Ágatha con sus ojos de gata de color azul del mar entristece por tanto y por todo con sus millones que van a la deriva y hurtados. La presencia de Ágatha en la reunión se debe a que el destino le juega una inteligencia indeleble como la vida es intrascendente, fría y, con álgido viento destrozando a la vicisitud, pero, creyendo que la vida antecede y gana la experiencia de vida. Ágatha como la gata de los ojos de color azul del mar es intrascendente y con ojos bravíos como el mar es inoperante a la vida esperando demostrar y obtener nuevamente a sus millones cuando en la reunión exige que el banco se responsabilice de ese mal acto de ese ¨hacker¨. La vida conmísera, atraída, herida, después de perder a sus millones Ágatha con ese banco fatulo, el cual, en el presente y en el porvenir no se responsabiliza de dichos actos cuando Ágatha, la gata de ojos color azul del mar siente a sus ojos incandescentes, heridos, ardientes y, muy vivos cuando siente que sus ojos destellan en contra de todos los altos ejecutivos de la reunión cuando se debate la suerte de Ágatha y sus millones. Ágatha corre en ser la gata de ojos del color azul como del mar se aterra en saber que el reflejo de la luz del sol como la luz del color neón de su alma brilla como un lucero, a pesar de las malas circunstancias. La vida de Ágatha comenzó a destruir cada pedazo, cada éxito que se tornó exasperada cuando en el embate de creer que el mundo acabó su destino petrificó como tormento indeleble en el océano del mar de sus propios ojos del color azul como del mar. La vida de Ágatha quedó en la incertidumbre de un dolor inconsecuente cuando pierde a sus millones en ese banco fatulo, del cual, no conoce ni tiene percepción. La vida de Ágatha y sus millones delibera un trance exasperante, inocuo y, muy delirante cuando en el pecado de hurtar el ¨hacker¨ comienza a atraer el interés por el dinero. Ágatha se aterra en sentir el frío en la piel cuando logra saber de qué se trata aquella carta que halló debajo de otras cartas cerca del buró desde su oficina. La vida marca como trayecto, como insistencia delictiva un delito, un pecado, una tentación por parte del ¨hacker¨, el roba bancos cuando obtiene de Ágatha y sus millones, los millones hurtados. La vida de Ágatha se torna exasperante, indeleble, abatida, adolorida, herida en el trance perfecto cuando siente perder a sus millones esperando a que regresen nuevamente a su cuenta en el banco, pero, en el alma crece como toda gata con ojos de gata y del color azul del mar y tan bravíos como poder pelear en la contienda de esos millones. Ágatha y sus millones quedan a la deriva abatidos, malheridos, destronando la mísera y carente vida y regresar a la pobreza no quería jamás Ágatha. En la forma en que el deseo se convierte en razón es cuando pierde Ágatha al corazón desmoronando a la vida y el dolor en volver y regresar a la pobreza. Ágatha nunca maldijo a la pobreza extrema en que vivió cuando el tormento y la vida quedan a la deriva debatiendo una sonrisa sarcástica cuando se obtiene frío y dolor queriendo amarrar el alma a la vida y a la luz del color neón que posee Ágatha. La presencia de Ágatha se torna inoperante cuando la empresa de Ágatha queda sin operar por la contienda que lleva Ágatha con el banco por sus millones estafados y timados. Ágatha y sus millones deliberan un trance perfecto cuando se torna exasperante, inoperante y, en debidamente inalterados cuando no se sabe del paradero de sus millones cuando el ¨hacker¨ se atemoriza al ser descubierto por Ágatha y todo porque no existe tal ¨hacker¨ cuando descubre que el banco es fatulo y sus transacciones tan correctas y perfectas como sus finanzas en la empresa. El banco fatulo es un nuevo banco para clientes empresariales, pero, realmente pierde los millones por indebida operación por ser nuevo para sus clientes. Ágatha realmente recupera a sus millones y todo porque se da cuenta que el desafío inerte concuerda que sus transacciones no se realizan en el tiempo cuando ocurre la estafa y la timación. Ágatha y sus millones se pierden en un instante cuando el banco pierde operaciones correctamente, pero, todo es un error de la carta ejecutiva emitida por el banco. Los millones de Ágatha después de haber entregado vida, corazón, tiempo en ser una alta ejecutiva comerciante se enfrasca en un delictivo mal percance con todos sus millones. El banco y la reunión con los altos ejecutivos no han podido descubrir la estafa con los millones de Ágatha, pero, Ágatha sí lo descubre todo cuando en el embate deliberando descubre que no existe un tal ¨hacker¨ entre sus cuentas y sus millones. La vida persiste en el delirio sosegado y templado para poder ver y observar a la vida misma y Ágatha lo descubre todo desde una perspectiva contraproducente y un deseo en poder saber la verdad. La presencia de Ágatha en aquella reunión deliberó la forma más clara sin plena oscuridad que había perdido a sus millones. La presencia de Ágatha en aquella reunión se enaltece queriendo derribar el acometido en caer rendida ante sus propios millones perdidos cuando tiene conciencia de la pérdida de sus millones. Ágatha entristece por todo y por tanto cuando sabe que el error no es del supuesto ¨hacker¨ cuando fue un error bancario cuando los millones desaparecen de las cuentas de Ágatha. La vida de Ágatha comenzó en la pobreza deliberando un atractivo momento cuando se convierte en una comerciante empresarial. Ágatha no pensó ni imaginó nunca que la vida es desierta como esos millones perdidos entre las cuentas de Ágatha y quiso recordar todo su pasado cuando en el altercado friolero y friolento se enaltece la esencia en volver y regresar a la pobreza. Aunque, Ágatha tiene experiencia por haber sido pobre y vivir en la pobreza se debe a que la vida da sus vueltas y que pertenece al delirio desafiando la forma, la manera en creer que la pobreza es relativa cuando ocurre vivir en carencia y en penuria, pero, Ágatha logró derribar y rechazar a esa pobreza que aunque la vivió no desea regresar. La pobreza para Ágatha era relativa cuando se interpone la riqueza lograda por una meta en convertir su presencia en una comerciante empresarial. La vida de Ágatha comenzó en ser pobre y terminó en ser rica, pero, Ágatha y sus millones se entregó al frío y al desastre y al álgido viento que recorre a su piel desafortunadamente cuando comenzó a atraer a la vida como ser comerciante y empresaria llenando a sus cuentas de millones por tan sólo con la compra y venta de lencerías para mujeres perfectas que saben lo que desean. Y, así fue rica y con una riqueza extrema llenando a sus cuentas de millones, pero, el banco le envía una carta ejecutiva destronando la vida y más que eso como derrumbar y destruir la vida lograda. Ágatha nunca utilizó a la inteligencia sino a su astucia y a la sabiduría y experiencia de vida cuando la inteligencia le quedó corta sin poder esperar por un frío desconcierto en querer que su corazón era capaz en solventar la pérdida de sus millones, pero, Ágatha cree en la supervivencia autónoma y sabe que sus millones permanecen entre las cuentas, aunque, sea en ese banco fatulo. Las cuentas estafadas por un supuesto ´hacker¨ de roba bancos que le ocasionó a Ágatha la pérdida de sus millones era falso como la supuesta estafa en sus cuentas bancarias. La vida queda derribando el cometido en caer de bruces caídas y estar Ágatha rendida como el robo y el hurto de sus millones en cuentas de ese banco casi fatulo. El banco emite una carta ejecutiva ejecutando el proceso de unas transacciones indebidas e incorrectas cuando por error el banco no se hace responsable por ese desfalco en las cuentas bancarias de Ágatha. La inocencia y la ingenuidad de Ágatha en la vida cometió el peor de los pecados por no tener conciencia, inteligencia, sabiduría y, astucia en el manejo operandi de sus cuentas bancarias con un nuevo banco dedicado al mundo empresarial. El nuevo banco operando sus operaciones tuvo muchas pérdidas y errores. El nuevo banco emitió una carta con un grave error con el estado de cuenta en cero de Ágatha y Ágatha aquella noche quedó templada, sosegada, pero, impetuosa con un dolor intransigente en el alma, pero, la luz de color neón brilló desde el interior de su alma cuando lee la carta y quedó con los ojos de gata derrumbando y destruyendo un cometido en caer como órbita lunar sin atrapar al cuerpo con ojos de color azul bravíos como el mar impetuoso. Ágatha la de los ojos de gata sin inteligente inteligible palabra, pero, con una acción indeleble y petrificante sin estar abatida ni adolorida ni mucho menos herida sino que su corazón le dictó su camino a seguir cuando descubre que no existe ningún tipo de ¨hacker¨ de roba bancos en las cuentas de Ágatha y que sólo era una mentira falsa e ilusoria para contrarrestar el apoyo de un banco fatulo que sólo el error fue aquella carta que lee Ágatha aquella noche entre manos sudadas y nervios. Las cuentas bancarias de Ágatha quedan en cero por un grave error del banco fatulo. El nuevo banco queda desapercibido, invisible y, con cuentas en cero se entrega a que todo fue por culpa de ¨hackers¨ y roba bancos dejando en cero a las cuentas bancarias. Ágatha y sus millones derivan de una cuenta de humano error cuando el banco quiere ocultar su error culpando a ¨hackers¨ que roban bancos y destronando la mentira quedó Ágatha cuando lo descubre todo sale airosa y, nuevamente con sus millones en sus cuentas bancarias. La vida de Ágatha quedó a la deriva naufragando en el mar como sus ojos bravíos del color azul del mar y se dijo que jamás regresará a la pobreza después de haber logrado tanto y por tanto permanecer en alto. La vida de Ágatha cambió de rumbo, pero, no de dirección y en ese trance delictivo de un error por culpa del banco con sus cuentas bancarias jamás perderá nuevamente sus millones. Aunque, Ágatha realizó varias transacciones delictivas con otros vínculos comerciales jamás perdió a sus millones sin esperar a que el rumbo cambie como cambia la vida a veces. Ágatha irrumpe en llanto como aquella noche impetuosa, bravía e inestable cuando lee la carta sin sospechar que había perdido a sus millones dejando todo a un ¨hacker¨. Y, sus lágrimas corren por su rostro dejando una estela de rastro de felicidad cuando Ágatha y sus millones están permanentes en las cuentas bancarias dejando atrás a un banco fatulo y con el error humano y siendo feliz jamás regresó a la eterna pobreza. Y, Ágatha y sus millones quedan acrecentando con la compra y venta de lencerías para mujeres perfectas y que saben lo que quieren y desean. Y, la lencería en pasarela quedó automatizada con la luz de color neón del alma y con los ojos de gata del color azul como el mar de Ágatha.




FIN