POEMA DE LA FRUSTRACIÓN.
No sabrás que te quiero todavía,
que en tu imagen no dejo de pensar,
que busco alivio a la desgracia mía,
con los ojos cansados de llorar.
Que te llamo en mis noches solitarias,
que soporto en silencio mi dolor,
que elevo al cielo triste, mis plegarias,
implorando de nuevo por tu amor.
Más ¡ay! En vano, yo tan solo pido,
terminar de una vez con mi sufrir,
no soporto tu ausencia ni tu olvido,
qué deseos que tengo de morir.
No puedo ya vivir en este espanto,
soportando mi horrible padecer,
cuando tu nombre envuelvo en triste llanto,
mirando tu figura por doquier.
Yo te veo en mis ratos de demencia,
quiero tomar tus manos y no están,
se evapora de pronto tu presencia,
en silencioso y repentino afán.
Lentamente despierto de mi engaño,
Te esfumas de mi lado, siempre huyendo,
esta ilusión me causa tanto daño,
que por tu ausencia estoy enloqueciendo.
Es mi extraño dolor que a ratos llora,
que con tu amor interrumpir no quieres,
como deseo acariciarte ahora
después morir porque muriendo mueres.
kin mejia ospina.