(Romance)
Donde el tiempo se detuvo
buscaré lo que he guardado:
una rosa de oropel,
un mechón color castaño,
unos libros, unas cartas
y un pequeño poemario.
Buscaré aquel recuerdo
que perfuma fiel mis labios.
-Dime, tú, a quien invito
a la búsqueda… del brazo,
al desglose de mis letras.
¡Soy tu duende pies descalzos!,
quien recuerda bien tus ojos,
tus cabellos, tus zapatos,
tu dulzura que me incita
a seguirte recordando.
Dime, tú, pues te he vivido
en mis horas, en lo sacro,
en mi pecho, en mi mente,
en las hojas, en mi mano…
Sigues siendo de mis lienzos
la frescura de mis trazos,
la embriagues de copa en copa,
¡aquél vino de mis tragos!
Sé que tú también me vives
en el tiempo del presagio…
Justo aquí en las flamas nuevas
y en mis versos añejados.