José Luis Barrientos León

Llegas, en la noche aún cálida

Llegas como una vela tenue,

en la noche aún cálida,

precipitando lo místico,

entre la oscuridad piadosa,

por donde ascienden las caricias inmortales,

transformándose en versos,

penetrando el corazón longevo,

con una mirada frágil, sutil,

como los labios que me besan en las tinieblas.

 

Una voz que se extingue,

en lo íntimo del silencio,

dando paso a la claridad,

que emana de tus ojos,

atravesando el abismo,

de la oscuridad insondable,

para posarse en la piel,

como caricias de seda.

 

Llegas como luna tímida,

persiguiendo quimeras,

dibujando tus sueños,

sobre las tibias sábanas,

con olor de hierba húmeda,

sutil y delicado,

deslizándose, sin ataduras,

por métrica simple de estos versos.