Bueno… okey está bien.
Dejemos que la lluvia encharque los caminos
que mi brazo se quiebre
que mis ojos se cierren.
No soy otra cosa más
que un pedazo de carbón en la lumbre,
¿por qué, que puedo ser
si no portador de la noticia vaga
o simplemente el mendrugo de pan
sobre la mesa?
Está bien hay que dejar que las hojas caigan en otoño
que el invierno nos abrase por el frío
hasta amoratar los brazos
y las piernas;
todo está bien… hay que mandar al carajo
incluso el último momento de existencia.
¡Todo…!
-todo está bien-
pero insisto no soy otra cosa
solamente uno más que se pierde entre la muchedumbre
que aborda el metro.
Bueno… okey está bien.