La hiel de su vaso toman y amargan a los justos,
a labios sabios no oyen, e inclinan sus oídos
a cuantas cosas vanas el mundo les ofrece
y comen del engaño como aves de rapiña.
Camino de maldades preparan en las sombras,
tienden redes, a modo de atrapar entre ellas
las almas que persiguen un sueño sin pesares.
¿A dónde has de escapar? ¡oh hacedor de iniquidad!
Tu brazo vi caer, como árbol seco y sin hojas,
que disponen al fuego, para ser consumido.
¿A dónde tus raíces, y en dónde están tus frutos?
En cenizas te hallaron, y te echaron al viento.
Por encubrir tu mal y rechazar mi socorro
hoy vino repentina, tu desgracia y caída.
W.M®