alicia perez hernandez

CAMBIO DE PIEL...

CAMBIO DE PIEL...
Cambiar de piel sería la solución,
para que no se quede la huella de tus besos.
Para que no haya residuos de tu amor y mi piel no huela a ti.
Cambiar de piel sería la solución
para no llevarte tatuado en mi pecho,
 ni sentir que tus manos recorren mi cuerpo…
No quiero sentir que tus brazos me abrazan.
No quiero pensar, ni creer, que tus ojos me miran,
siento todavía tu mirada cuando me desvisto,
esa mirada recorre todo mi cuerpo sin recato,

pasión y entrega que los dos nos dimos con loco frenesí.
Todavía mi piel te nombra en noches de soledad.
Quiero dejar atrás, el tiempo de los besos que mis labios
con ansias esperaban, yo con ganas de morder tus labios.
Quiero olvidar que alguna vez pude quererte
como se quiere una sola vez en la vida.
juntamos cuerpo y alma para sanar todas las heridas…
Quiero olvidar que fui de tu piel prisionera como un reo,
me condenaste a quedarme enredada en tu vida,
y en tu alma, y como prisionera, bebí de tus labios tantas veces
las que desee que apagaras con la saliva de tu boca.
Quiero cambiar de piel, para no tener las huellas de tu cuerpo
sobre el mío, ni tu olor, ni tu aroma, ni tu rocío en mi vientre.
Moriré creyendo que mil vidas te amé con la piel que ahora quiero arrancar.
Quiero arrancarla, mientras llegó a tu lecho para amarte de nuevo,
en cuerpo, alma y espíritu, pasión y deseo y comulgar con tu piel
y mi piel, quiero volver a ser tuya como el primer día que te conocí.
quiero amarnos ahora y tambien después y toda la eternidad.
 
Alicia Pérez Hernández... México
No es la pluma la que escribe, es el alma
Todos los derechos reservados©
 

Amor (Salvador Novo)

Amar es este tímido silencio

cerca de ti, sin que lo sepas,

y recordar tu voz cuando te marchas

y sentir el calor de tu saludo.

Amar es aguardarte

como si fueras parte del ocaso,

ni antes ni después, para que estemos solos

entre los juegos y los cuentos

sobre la tierra seca.

Amar es percibir, cuando te ausentas,

tu perfume en el aire que respiro,

y contemplar la estrella en que te alejas

cuando cierro la puerta de la noche.