Se marcha noviembre
con lluvia en el campo,
y nieblas profundas
de invierno cercano.
Se pasan los días
y tiemblan las manos,
del frío que llega
sellando los labios.
Los besos se ocultan
y son como antaño,
suspiros y frases
con risas y llantos.
El niño sonríe
y goza soñando,
con nieve y con renos
de fiestas de blanco.
Por contra el adulto
suplica a lo alto,
pidiendo limosna
al cielo lejano.
El pan que no falte,
ni sopa en el plato,
la dulce comida
que ansía rezando.
Las fiestas ya llegan
y vienen dejando,
a unos las risas
y a otros los llantos.
Y tú, fiel poeta,
servil y notario,
¿qué escribe tu pluma?
y esconden tus labios?
Rafael Sánchez Ortega ©
30/11/23