Hoy recuerdo aquel dia
que me encargaron tallar,
para una cofradia
una imagen singular
con unos troncos de encina.
Me acuerdo como empece
que no lo tenia claro,
hice dibujos a mano
para ver lo que salia
y aun asi, no conseguia,
tener claro lo que hacer.
Viendo que no decidia
la manera de empezar,
puse el tronco enfrente mia
y comence a tallar.
Empece a quitar los trozos
de la madera podrida,
de momento, cambio el tronco
y empece por una esquina,
fijandome en una foto.
Nada de eso me salia
y decidi de seguir,
quitando trozos de leña
y asi, acabo ese dia.
Por la noche no dormi
algo no me dejaba,
recuerdo que me llamaban
que tenia que seguir,
asi, que deje la cama
y con la talla segui.
Esa noche fue muy larga
pero empece a quitar,
la madera que sobraba
sin parar a descansar.
Por cada trozo quitado
notaba mas esa fuerza,
algo habia en la madera
en ese tronco, ocultado.
Hubo un momento que vi
como sangre, en la madera,
la limpie y prosegui
quitando la leña muerta.
Se paso la noche entera
y amanecio otro dia,
el cansancio no impedia
aun asi, que detuviera,
seguir tallando la encina.
Aun no tenia claro
la imagen que iba a hacer,
pero yo, segui tallando
hasta ver anochecer.
Ya me dolian las manos
pero no quise parar,
alguien me estaba llamando
no lo podia dejar,
y entonces, llego el milagro.
De la madera ya seca
de aquel tronco de encina,
aparecieron las manos
y los hombros, mas arriba,
aparecieron las piernas
y ese cuerpo, fue saliendo.
Que equivocado que estaba
por no saber lo que hacer,
me encargaron una talla
pero nunca yo talle,
de pronto te vi la cara
y entendi que alli estabas,
enterrado en la madera
es por eso que llamabas
dentro de mi cabeza.
Al otro dia acabo
ese trabajo encargado,
fue JESUS RESUCITADO
el que tanto me llamo,
estaba todo aclarado.
Una vez que termine
di color a la madera,
y de frente lo mire
la talla estaba dispuesta.
Pero eso no acabo
volvi a oir esa voz,
saliendo de la madera
y en el suelo me quede,
llorando me arrodille
y rece, para que oyera
que nunca lo abandone.
Note en mi cabeza una mano
y una voz que me decia,
HIJO¡, ten alegria
SOY JESUS RESUCITADO,
y tu, me has dado las vida
quitando los trozos malos,
de la madera de encina.