La tierra está quedando ensangrentada.
Las balas y morteros de cañones
mutilan de los Sausan muchos brotes,
quedando con sus ramas deshojadas.
En nombre de la «paz» tiran las balas,
la sangre va corriendo con los golpes
que dan los poderosos, como «dioses»,
que llevan putrefacta siempre el alma.
El Diablo se ha vestido de «justicia»,
también con «democracia» y otras hierbas
y come con sus fauces como hiena.
Chacales con navajas genocidas
se burlan de la vida y la condenan
a muerte, pues con saña la liquidan.