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ELLA Y YO

Y ahí estaba otra vez, como cada noche esperándome en el vacío de mi casa, su presencia es cálida por momentos; pero hoy, hoy en especial tiene un tinte de amargura, tiene algo extraño que hacía rato no notaba en ella, y era algo que creí superado, pues en tanto tiempo de ella conmigo y yo con ella, habíamos aprendido a llevarnos bien, pero en esta noche algo no encajaba, algo que me dificultaba cruzar la puerta. Hasta que logré comprenderlo, ella no estaba sola, hoy mi soledad estaba acompañada de tristeza.