Mi vida ha sido tuya
he navegado por tu cuerpo
y tú por el mío
entre jugos de deseos
lagunas blanquecinas
que corrían por mis dedos.
Mi juventud dorada
te he regalado
navegando por mares
de relucientes aguas
de color esmeralda.
Mis espacios soñados
los he construido contigo
planes increíbles,
sueños de marquesado
soñar volando por las nubes
de nuestra vida, construida
con un azaroso trabajo.
Mis lagos han sido muchos,
aunque hay más arroyuelos
que oasis secos;
hubieron charcos profundos
que sigmas han provocado;
en nuestro amor tan tierno,
tan puro, como un valle
no contaminado.
Mis noches templadas
a la luz de la luna llena,
un rayo de luz emergente
entre tu cuerpo y el mío,
rayo y trueno siempre unidos
y siempre tan selectivos.