Un rosario de hojas y pétalos,
baila, anhelando
que no llegue la mañana.
Un sueño de rezos
con olor a vientos
de soledades en el pecho.
Abre un cofre de sombras,
semillas relucientes,
como muros ciegos,
quemando el camino
y en la arena del sol,
los pájaros azules
son letanías
de promesas olvidadas.
Como caracoles extraños
todos los nombres
se asfixian en el agua.
Como quien pide pan
cabalgan por los andenes
los jinetes oscuros
rogando ver la desnudez
de la luna por última vez.