En la casa, mi poltrona,
es amiga y aposento,
influyente persona,
de íntimos momentos,
días tras días,
emana tormentos
y los hace alegría.
Compañía de hados,
textos y poesías,
allí soy y coexisto
con mi filosofía.
Ella, luz y escaño,
y yo, su compañía,
hacemos el quorum
en horas deliberativas,
acuerdos y narrativas.
Es mi poltrona el forum,
la íntima dialógica
de ecos sonoros
y odas históricas,
en su seno, el tesoro,
la visión ontológica,
mi vida, mi aforo,
mi sempiterna oda.